“Magdalena llegó a Fundación Santuario Gaia en diciembre de 2012 con un mes y medio de vida, Un empresario la compró para que sus empleados jugaran a cazarla en la oficina, y quien consiguiera cogerla, se la podría quedar para comérsela en Navidad. Pero los empleados se negaron a realizar tal juego y nos llamaron para que viniera al Santuario.
Tenías 10 años y son muchos para una cerda que ha sido genéticamente seleccionada para que engorde rápido y ser llevada al matadero con solo 6 meses, y pensaba que estaba preparado para tu partida, pero desde ayer no paro de llorar recordando estos 10 maravillosos años a tu lado.
Ayer estaba con fiebre en casa y lo primero que hice por la mañana fue ir a verte, y cuando al medio día los chicos me avisaron que estabas peor, salí corriendo para estar a tu lado. Al llegar a tu habitación estaban todos sentados alrededor tuya acompañándote destrozados porque te costaba mucho respirar. Cuando escuchaste mi voz, aún estando tú sin fuerzas, levantaste tu cabecita y me dijiste el último te quiero.
En estos 10 años no ha habido una sola vez que te haya visto sin que me dijeras que me querías, y ese es el mejor regalo que un padre puede tener. Me llevo 10 años de amor a tu lado, y así es como te has ido, rodeada de amor y en familia.
Podría contar muchas cosas de tí para recordarte, pero no puedo hoy, lo siento, solo pienso que ayer ya conociste a Paola, y que seguro estáis las dos juntas. Solo te pido una cosa por favor, y es que no me dejes solo, que me ayudes desde donde estés y que el día que me toque a mi marchar, vengas junto a todos tus hermanos y hermanas del Santuario a recibirme.
Te quiero mi vida, cuidaremos de tu gran amigo Albertito que estuvo a tu lado, como siempre, hasta el último momento. .”