Ayer fue un día muy triste para nosotros, nos dejaron Jimena y Tor. Ha sido de imprevisto, nadie nos esperábamos que sucediera esto
Tor llegó al Santuario hace más de 5 años, lo encontraron abandonado en la montaña, con mucho miedo, pero con el tiempo aprendió a confiar de nuevo en los humanos y se convirtió en un cabrito muy cariñoso. Antes de ayer, lo vimos un poco más apagado y con algo de diarrea, por eso quisimos que durmiera en un box para tenerlo más controlado. Pero nada nos hizo pensar en el triste desenlace, que nos dejó a todos helados
A la misma hora nos encontramos también a Jimena sin vida. La noche anterior estaba como siempre, no tenía ningún signo ni síntoma de encontrarse mal. Si bien es verdad que sabíamos que la esperanza de vida de Jimena no sería mucha, por todo lo que había pasado y su incapacidad para valerse por si sola.
Jimena era un bebé cuando la rescatamos. Tenía una de sus extremidades rota y fue operada. A pesar de ello y de la rehabilitación, poco a poco se fue quedando sin movilidad en sus piernas y vivía postrada. Siempre hemos intentado darle la mejor calidad de vida posible, pero veíamos que con el paso del tiempo se iba apagando. Sabíamos que un día pasaría esto, pero no esperábamos que fuera sin avisar y tan pronto
La vida en el Santuario tiene muchos altibajos, son más de 500 animales los que aquí viven y siempre hay alguno que está enfermo o que nos deja. Es algo a lo que no nos acostumbraremos nunca, pero si hemos aprendido a sobrellevarlo de la mejor manera posible, conscientes de que hemos hecho todo por ellos y que han vivido rodeados de todo el amor del mundo
Hoy hay dos seres más que están velando por todos nosotros y guiando nuestros pasos para poder seguir salvando más vidas. Dos seres inocentes de los que hemos aprendido un poco más sobre el amor y la empatía
Volad alto, pequeños, siempre estaréis en nuestros corazones