Ayer por la tarde llegó Paolo por fin. Después de unas cuantas semanas de gestiones, pudo viajar desde Asturias hasta aquí. No os podéis imaginar lo hermoso y bueno que es, nos ha enamorado desde el minuto cero
Nació sin pezuñas en la mano izquierda, tiene un muñón, que hay que curar todos los días. Tiene 5 meses y, como está acostumbrado a que lo curen desde que nació, se ha dejado hacer sin decir ni “muuuu”
Ahora se tienen que adaptar y aclimatar a la vida en el Santuario, que seguramente no le cueste mucho. Por nuestra parte vamos a comenzar a buscar opciones para mejorarle la movilidad y que pueda tener una vida sin complicaciones. Pero de una cosa estamos muy seguros, no le va a faltar ¡amor!