Sebastien hace casi un año que llegó al Santuario. Lo encontraron atropellado en una carretera siendo un bebé. Estaba bastante malherido, sin poder moverse e inconsciente. Después de estar hospitalizado en un hospital veterinario, comenzó a recuperarse.
Siempre ha sido muy tímido y desconfiado, lógico si pensamos que no sabemos la historia que tiene detrás, pero podemos imaginar que es la misma que miles de crías de jabalíes: cazan a sus madres quedando los hijos huérfanos y sin nadie que los cuide, acabando muchos, como ha sido el caso de Sebastien, atropellados en las carreteras.
Su adaptación nos ha costado mucho, pero hemos tenido la ayuda inestimable de las otras dos jabalíes que viven en el Santuario: Meghan y Anastasia. Ahora los tres forman una bella familia. Estamos esperando a que se acaben las obras en la zona de los cerdos para poder llevarlos allí y así que puedan vivir con los demás.