Isaac es muy consciente de que le salvamos y que le pudimos hacer el mejor de los regalos, salvar también a su madre con la que se reencontró en el Santuario. Cuando le salvamos, los primeros días no paraba de llorar llamando a su madre, y el bueno de Samuel se pasó los días a su lado haciendo de hermano mayor, dándole todo ese cariño que tanto necesitaba.
Para Isaac, Coque e Ismael son parte de su familia, y se nota en la manera que los mira, la ternura que desprende sus ojos cuando están junto a él.