Esta imagen es la que nos encontramos todas las mañanas cuando vamos a ver a las vacas y los toros: Izadi y Valentí juntos. Además, siempre están con esa postura, Valentí tumbado tranquilamente e Izadi de pie a su lado, protegiéndole. La relación que han creado es una de las más bonitas que hemos visto en el Santuario. Una madre a la que siempre le habían robado a sus hijos al poco de nacer y un ternero que se quedó sin madre siendo un bebé, se han encontrado en el Santuario. Parece que el destino les ha querido unir y darles el futuro que se merecen, un futuro que les había sido robado.