Hace un mes que trajimos al Santuario a Jamie desde un pueblo de Teruel.
¿Os acordáis como corría feliz por las calles del pueblo hacia el remolque?
Es super tranquila y se pasa el día tumbada disfrutando de baños de barro y tomando el sol, pero en cuanto alguno de nosotros entramos en su espacio, viene a toda prisa a saludarnos. La sensación que tenemos es como si nos diera las gracias cada vez que nos ve, y eso que aún no está disfrutando bien del Santuario, ya que está en un espacio de adaptación que es pequeño.
Aún tardaremos en pasarla a vivir con el resto de cerdos, ya que el espacio de adaptación a los grandes, está ocupado por los pequeños Federico, Cayetana, Nathalie y Alix.
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