Aunque Javi está hecho todo un hombretón le sigue gustando dormir sobre Ismael.
Javi ya tiene 5 meses pero para nosotros sigue siendo nuestro bebé. Aún sigue viviendo con los fundadores del Santuario en la cabañita de 30 metros cuadrados donde también lo hacen con los perros, los gatos y la cabrita Gloria.
Cada noche cuando los fundadores se sientan al ordenador para contestar los emails y realizar todas las gestiones, Javi se acerca a Ismael empujándolo con su narizota para que lo coja en brazos, y aunque a Ismael se le quedan las piernas dormidas de todo lo que pesa ya, lo coge en sus brazos porque es lo que Javi quiere.
Cada vez que los fundadores besan a Javi él cierra sus ojos y saca la lengua, porque se derrite tanto al recibir cariño que se le cae la baba literalmente.
Los cerdos al igual que los demás animales, tanto humanos como no humanos, sienten, tienen emociones y saben amar. Muy pocos somos los afortunados de poder vivir estas experiencias, por eso es nuestra obligación moral el contaros como son. Todos somos iguales.