Hoy queremos aprovechar esta preciosa fotografía para hablar de los patos. Ellos son Julio y Margot, dos de los cuatro patitos que llegaron al Santuario en julio del año pasado. En este vídeo podéis comprobar lo mucho que han crecido, desde su llegada, cuando a penas eran unos bebés.
En el Santuario viven 35 patos y ocas. La mayoría de ellos provenientes de la industria que se dedica a su explotación. Este era el caso de Julio, Margot, Eneko y Puy, cuyos destinos era una granja de engorde, donde más tarde serían asesinados y procesados para acabar como comida. La explotación de los patos es una de las más horribles de la industria cárnica, usándolos para obtener foie gras, carne o plumas para abrigos y edredones.
Aunque son millones los que mueren al día, tenemos el consuelo de que algunos pocos privilegiados, como los que viven en el Santuario, tienen una vida digna y sin sufrimiento. Y tenemos la esperanza de que sus historias conciencien cada vez a más personas para que los vean como amigos, no como comida.