Aunque tiene más de 30 años, Lidia se encuentra de maravilla. Nos sorprende que con esa edad esté tan bien. Si bien tiene algunos achaques como que le cuesta un poco caminar o no ve del todo bien, para lo mayor que es, eso no es nada. Ella tiene su rutina diaria muy marcada. Todas las mañanas espera en su box a que le llevemos su desayuno. Después de desayunar la acompañamos a los prados para asegurarnos que va bien y se queda todo el día allí muy tranquila. Y por la noche es la primera que espera en la puerta para entrar en su box.
Sabemos que en cualquier momento nos puede dar un susto, por eso hacemos todo lo posible para que todo el tiempo que esté con nosotros sea lo más agradable posible para ella. Más aun después de que toda su vida haya sido explotada como yegua de carga, así que por lo menos sus últimos años están siendo y serán apacibles y en paz ❤️.