Él es Guillem, un cerdo que llegó al Santuario hace más de 4 años. Fue rescatado junto a Ramón, otro cerdo, de morir ahogado en las inundaciones del río Ebro a su paso por Zaragoza. En esa catástrofe miles de cerdos murieron ahogados en las granjas al no poder salir.
Siempre contamos su historia porque creemos que es importante saber de donde procede y comprobar el cambio tan radical que supone vivir en un Santuario. Aquí es tratado con cariño y respeto, el mismo que merecemos todos los animales, humanos y no humanos.
Ver su cara de tranquilidad lo dice todo ?