Ayer llovió mucho en el Santuario y, cada vez que pasa esto, las vacas, toros y burros se quedan en los prados grandes. Hemos visto que tienen esta costumbre, que no vienen a la parte de arriba del Santuario.
Pero esta mañana estaba la familia de burros esperando en la puerta a primera hora. ¿Por qué? pues para recibir su ración de tacos matutinos . Eso si, todos estaban formalitos y pacientes, menos Manel y Benito que ya estaban enzarzados en una de sus discusiones. Pero nada preocupante, un par de relinchos y bravuconadas, y luego tan amigos. Como en las mejores familias
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