Victoria es una poni que fue explotada por un feriante durante años para que los niños se divirtieran montando sobre ella, y al hacerse mayor y no servir para tal uso, fue dejada en estado de abandono atada en un espacio minúsculo, produciendo atrofia en sus extremidades.
Tiene 25 años y ahora vive feliz en Santuario Gaia, donde ha aprendido que las manos de los humanos no son para pegar, sino para acariciar y dar mimos. Nunca jamás nadie montará sobre ella. No hagamos a los demás lo que no nos gusta que nos hicieran a nosotros.