Como os decíamos esta mañana Vilar se ha adaptado muy bien, tanto que le encanta que le den mimos y caricias. Un comportamiento que denota su total confianza es apoyar la cabeza sobre nosotros. Seguramente es la primera vez en su vida que un humano la trata así, ya no solo con cariño, sino sin explotarla. A nosotros estas imágenes nos producen mucha serenidad y tranquilidad, ¿y a vosotros?