La intervención ha salido bien y se ha comprobado que tenía una pequeña hernia en la pared abdominal, por la que salía parte del intestino y lo estaba estrangulando. Esto provocaba que el intestino no se pudiera mover y corría peligro de muerte.
Nada más llegar al Santuario, a pesar de que aún estaba atontada por la anestesia, se ha puesto a comer como si no hubiera un mañana.
Estará unos días en enfermería apartada hasta que se recupere del todo y así tenerla más controlada.