En el Santuario siempre comentamos que los momentos más bonitos que solemos vivir aquí, es cuando rescatamos a gallinas que no han visto nunca la luz del sol, la tierra o la hierba.
Las gallinas son muy expresivas, y es que eso solo lo sabemos quienes convivimos con ellas respetándolas, y no encerradas para explotarlas por sus huevos o carne.
Estas imágenes para nosotros no tienen precio, ver a estas personas, porque son personas, que antes eran esclavas y ahora son libres y felices.