Las historias de los habitantes del Santuario llegan al corazón transformando la vida de muchos humanos.
Patricia, una amiga nuestra de Sevilla que hacía más de 6 años que no veíamos, ha venido a vernos y al conocer las historias de los habitantes del Santuario y ver cómo actúan en libertad, se ha hecho muchas preguntas.
Cuando la cerdita Magdalena se ha acercado a ella a pedirle mimos, se ha emocionado tanto que ahora no para de darle vueltas a todo. Desde que nacemos recibimos una educación especista, en la que nos engañan y nos ocultan todo el sufrimiento al que sometemos a los demás animales para sacar el mayor provecho de ellos, sin tener en cuenta sus intereses y sus ganas de vivir.
En el Santuario no solo salvamos vidas, sino que tenemos la obligación de dar a conocer sus historias y como viven en libertad, cómo interactúan entre ellos. Enseñar que no son diferentes a nosotros.
En la foto la vemos con Fabiola, una oveja que llegó al Santuario con pocos días de vida porque se cayó del camión que la llevaba al matadero.
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