Oriol lleva tan solo con nosotros poco más de una semana porque le encontraron solo en un parking del Prat de Llobregat, cuando una persona que estaba paseando a su perro, vió como Oriol salía llorando de entre unos arbustos. Y en tan poco tiempo ha establecido un vínculo muy fuerte con Ismael y con Coque, los fundadores del Santuario.
Está creciendo fuerte y tenemos que decir, que al contrario que hemos vivido con otros corderos, nos deja dormir, es muy bueno y nos da poco ruido. Lo mejor que le ha podido pasar a Oriol es quedarse huérfano y que viniera al Santuario, porque al ser macho solo tenía un destino: el matadero.