No os podéis imaginar lo contentos que estamos todos en el Santuario de volver a tener a Lía aquí, aunque sea por unas semanas, pero los más felices de volver a verla han sido sus niños, los jabalíes. Ella los ha criado desde que eran pequeños y para ellos, Lía es como su madre.
El momento del reencuentro ha sido muy emotivo y volver a ver a todos los habitantes la ha llenado de emoción. Cuando vives en el Santuario y luego pasas una temporada fuera, echas de menos de una manera que no se puede describir, a todos estos seres bonitos. Ellos son nuestro motor para seguir con esta labor y nos dan ánimos cada día para seguir adelante, en esta lucha por la igualdad y respeto hacía todas las especies.
¡Bienvenida a casa Lía! ¡Te queremos infinito! ❤️
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