Liam, a pesar de faltarle uno de sus pies, no tienen ningún problema para caminar, correr y saltar por donde quiere. Hay que hacer curas casi todos los días y luego proteger la zona con gasas y una bota especial. La cicatrización de su muñón está siendo lenta por la zona donde está, pero cada vez queda menos y estamos muy contentos de su evolución.
Es irónico, que gracias a que le tuvieron que amputar un pie, se salvara de ir al matadero. Nos hemos dado cuenta que esta situación ocurre mucho, animales que por defectos físicos o enfermedades son desechados por los ganaderos, ya que no pueden sacarles mucho rendimiento, acaban en el Santuario. Lo que en un principio es una desgracia, para Liam ha sido su salvación, como para muchos otros animales.