Liam está contento porque sabe que en breve podrá mudarse a su nueva casa, mucho más grande y con un gran jardín donde seguir haciendo hoyos y excavando a su gusto. En breve estará terminado el espacio que estamos creando para los habitantes con atenciones especiales, como es el caso de Líam. Liam tiene un pie amputado y no puede caminar bien. Nació con un problema en sus extremidades posteriores, se abrían mucho y por eso, en la granja donde estaba, se las ataron con cinta. Al ir creciendo, la cinta se le incrustó en la carne y le provocó una grave infección. Perdió el pie debido a esta infección. Como ya no les era rentable, lo querían matar, pero por suerte una persona que estaba en la granja se apiadó de él y nos lo trajo.
Es uno de los niños mimados del Santuario y uno de los habitantes que más cuidados requieren, ya que hay que hacerle curas casi todos los días. Estamos esperando que acabe de desarrollarse para ponerle una prótesis y así pueda caminar mejor, aunque si lo vierais correr, ¡nadie diría que le falta un pie!