A Liam y Cristian como a cualquier niño, les encanta jugar. Pero Liam es mucho mas trasto que Cristian y no para de subirse encima y darle pequeños mordiscos. Hasta que no consigue que Crisitian se levante y se una a su juego no se detiene. Al final los dos pasan un buen rato como buenos amigos que son y aunque nos parezcan un poco brutos en su juego, para ellos es la manera normal de hacerlo: el ternero dando empujones con la cabeza y el cerdito dando pellizcos con la boca.