Aunque no pierde de vista a su madre, ya vemos a Libero sólo entre el resto de vacas y toros. Es lógico, a medida que va creciendo, su interés y curiosidad crecen también, y ahora todo le llama la atención. Además se siente protegido, no solo por su madre Simone, sino por el resto de la familia. Es muy bonito saber que jamás conocerá la crueldad humana. Con estas hermosas fotografías os deseamos un buen comienzo de semana.