En el Santuario siempre os queremos contar la realidad tal cual es, porque sólo así podéis vivir lo mismo que nosotros vivimos, y lo mismo que contamos las cosas que nos alegran, también os contamos las cosas que nos entristecen.
Lidia es una abuelita de 32 años que llegó desde Galicia. Ella era una yegua salvaje que fue capturada para servir a los humanos, y cuando se hizo mayor con 27 años, dejó de ser útil y la abandonaron. El ayuntamiento de la localidad en la que se encontró la puso a subasta, y como nadie la quiso, la iban a enviar al matadero. Nos avisaron de lo que iba a pasar con ella y la rescatamos.
Desde que llegó al Santuario en agosto de 2014, se hizo muy amiga de Victoria nada más llegar, como podéis ver en este vídeo del día de su llegada. Cuando llegó Paula se unió a ellas dos, pero por desgracia, tanto Victoria como Paula ya nos han dejado y Lidia se ha quedado sola. Pensábamos que se iba a unir a la familia de burros pero no ha sido así, y aunque ella está bien, pero se pasa el día sola en los prados donde están todos los animales grandes. Victoria y Paula la cuidaban mucho porque ve muy poco, así que ahora somos nosotros los que estamos más pendiente de ella.
Lo positivo de todo esto es que Lidia ha cambiado mucho con nosotros, porque antes nunca se dejaba tocar y ahora está muy cariñosa con los humanos que vivimos en el Santuario.
I am