Valentí, Germán, Marcos, Olot y Gerard cuando ven a Ismael, uno de los fundadores del Santuario, van a saludarlo y a reclamar su atención y mimos.
Él los cuidó desde el momento en que fueron rescatados de morir en situaciones de abandono o salvados del matadero, y ellos eso nunca lo olvidan. Para ellos él es uno de sus padres junto con Coque, el otro fundador.