Cuando abrimos por la mañana la cabaña de Ofelia y los bebés, el primero que quiere salir es Leandro, primero de manera tímida pero luego no hay quien lo pare. Veréis que Donato está un poco parado y es que el pobre ha estado con estreñimiento, como les puede pasar a los bebés humanos. Esa postura con la colita para arriba y la espalda arqueada es típica de molestias gastrointestinales. Pero nada que no se resuelva con un poco de aceite oral y ahora ya está como nuevo.
¿Os habíais fijado que Ofelia no les quita ojo a los bebés? Es que es una madraza e incluso es consciente de que Donato tenía alguna molestia porque estaba más pendiente de él y le tocaba con el morro la zona de la barriga. Los dos están creciendo a pasos agigantados y no es de extrañar porque no paran de mamar. Hemos tenido que ayudarles un poco porque siempre maman de una de las ubres y tenemos que ponerlos en la otra para que no se le llene mucho de leche. Seguramente Ofelia ha tenido muchos partos y por eso tiene las ubres tan grandes y caídas. Por suerte esta vez nadie le robará a sus bebés y podrán vivir en familia toda la vida.