Hace mucho tiempo que los humanos olvidamos que también somos animales, desconectado totalmente de la naturaleza y el mundo que nos rodea. Nos hemos vuelto tan egocéntricos, que nos autodenominamos que la especie superior, creyendo que somos los únicos con capacidad de sentir, sufrir, amar o incluso comunicarnos.
Una de las cosas que he aprendido durante todos estos años que llevo viviendo con los animales no humanos que rescatamos en Fundación Santuario Gaia, sin explotarlos y tratándolos como a iguales, es que no son diferentes a nosotros.
Los cerdos también se comunican, y lo hacen a través de sonidos. Cada sonido tiene un significado, y con los años hemos descubierto sus significados. Aún me queda mucho por aprender, pero el sonido del que no tenemos ninguna duda de lo que significa, es el que usan para decir “TE QUIERO”.
Cuando un desconocido entra donde viven los cerdos, lo saludan con un sonido diferente al que usan para saludarnos a los humanos que vivimos en el Santuario, porque tienen un vínculo de amor con nosotros. Ese mismo sonido es el que emiten con los miembros de su familia o amigos.
En Tanzania descubrí una tribu conocida como los bosquimanos, que se comunican a través de sonidos de chasquidos o cliqueos. Entonces, ¿son los bosquimanos inferiores al resto de humanos que nos comunicamos con otro lenguaje?
Los cerdos, delfines, ballenas y otros animales que desconocemos totalmente, se comunican como los bosquimanos. Somos los humanos los que hemos establecido esas diferencias de superioridad, pero lo hacemos también entre nosotros, por eso existe el racismo, el sexismo, la homofobia y otras discriminaciones. La discriminación por pertenecer a otra especie se denomina especismo, y es por lo que lucho, por construir un mundo mejor para todos los animales, humanos y no humanos.
Los demás animales no tienen ningún problema en demostrar sus sentimientos, por eso cuando Guillém me ve, no para de decirme te quiero insistentemente, para que me quede bien claro. Quizás si fuéramos los humanos más parecidos al resto de animales, el mundo sería mucho mejor, un mundo en el que nos dijéramos sin miedo: TE QUIERO 
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