Nos encanta ver lo felices que viven los patos y las ocas en el Santuario. Son unos animales maravillosos, muy sociales e inteligentes. Pero también de los que más sufren en las granjas, donde son explotados por sus plumas, carne y foie gras. La industria del foie gras es una de las más crueles que existe: son alimentados metiendo un tubo por la boca para forzándoles a ingerir gran cantidad de alimento para que su hígado enferme y se convierta en un hígado graso. Una patología que en otros animales curan los veterinarios, pero que en este caso es deseada para obtener el foie gras.
En muchos países está prohibida la producción y venta de foie gras. En España aun se permite esta barbaridad.