Hoy nos ha sorprendido Magdalena cuando le hemos dado un trozo de pan al entrar en la casa, porque al hacerlo se ha sentado. La primera vez pensamos que había sido casualidad, pero no, cada vez que le dábamos un trozo de pan se sentaba antes de recibirlo.
En el Santuario, los perros están acostumbrados a sentarse para recibir sus premios, que normalmente hacemos con pan, ya que les gusta mucho, y se ve que Magdalena de observarnos, ha aprendido sola, y sabe que si se sienta recibe un trozo de pan.
Esto que nos ha pasado hoy con ella, viene a corroborar un estudio que realizó National Geographic en el que dice que tienen una inteligencia mayor a la de un niño humano promedio de tres años de edad.
¿Te imaginas el sufrimiento que tienen que padecer en las granjas y cuando son enviados al matadero? ¿La agonía y el miedo mientras esperan el turno de su muerte viendo mientras tanto como asesinan a sus amigos y familiares?
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