Magdalena lleva 6 años y medio con nosotros. Llegó siendo una bebé de pocos días porque un empresario la compró para soltarla en la oficina y que sus empleados jugaran a cogerla. Quien lo consiguiera se la podía llevar para comérsela en Navidad, pero por suerte todos se negaron a hacer tal juego y nos llamaron. Albertito llegó al Santuario a los pocos días de haber llegado Magdalena, porque había sido abandonado siendo también muy pequeño, en el cementerio de Tarragona.
Llevan más de 6 años sin separarse y siempre están juntos. Magdalena tiene problemas en sus extremidades porque fue seleccionada genéticamente para ser asesinada a los pocos meses en un matadero, y su cuerpo no está hecho para vivir tanto. Esas son las barbaridades que hace el ser humano. Como véis en el vídeo, Albertito primero busca los tacos, que es lo que más le gusta, y deja para lo último lo que menos le gusta, la calabaza.