Mañana hará dos semanas que rescatamos a Izadi, ya que conseguimos que el ganadero que la tuvo explotada durante sus 12 años de vida, no la enviara al matadero y la cediera al Santuario.
Desde que llegó al Santuario, cada día está siendo para ella una nueva experiencia. Lo está viviendo todo con mucha intensidad; Nos emociona ver como se para a mirar y a oler todo.
Le estamos enseñando el Santuario poco a poco, conociendo a algunos de los habitantes que se cruzan en su camino, pero es muy curioso, que como no está acostumbrada a hacer lo que ella desea en cada momento, cuando va caminando, se gira y nos mira como pidiéndonos permiso.
No hay nada más bonito que poder vivir los primeros días de libertad de alguien que no la ha tenido nunca, y nos sentimos muy felices de haber ayudado a tantos animales a recuperar esa libertad.