El 16 de marzo llegaron al Santuario Manuela y Úrsula. Estaban atadas en un árbol, en medio de la montaña y sin su madre, sin nadie que las cuidara. Los primeros días estaban asustadas y muy desconfiadas como podéis ver en este vídeo. Ahora al verlas jugar tan felices nos emociona mucho y nos anima en estos momentos de confinamiento, que aunque están siendo tiempos muy complicados para el Santuario, no hemos dejado de rescatar animales que necesitaban de nuestra ayuda.