Es una de las 36 ovejas y corderos que llegaron del caso de Navarrete en 2016, donde un ganadero las dejó encerradas dentro de una nave sin agua ni comida, y murieron más de 140.
Las que sobrevivieron lo hicieron entre los cadáveres en descomposición de sus hijos, madres y compañeras. Y las que llegaron a Fundación Santuario Gaia, lo hicieron en muy malas condiciones.
Pasaron meses hasta que comenzaron a recuperarse, aunque algunas murieron, pero otras que llegaron embarazadas dieron a luz y nos regalaron momentos muy emotivos.
Todas han ido desarrollando enfermedades ocasionadas por la terrible situación que pasaron, y Margarita es una de ellas.