Marina y su hija Lucy llegaron ayer al nuevo terreno, y nada más bajar se pusieron a correr y a saltar felices como se ve en esta fotografía.
Marina vino desde Mallorca en muy mal estado, ya que fue encontrada atada a un árbol en pleno verano sin agua ni comida, embarazada y ciega. le faltaba un ojo y en el otro tenía una úlcera tan grande que no tenía visión.
Al poco tiempo de llegar, los fundadores del Santuario lograron recuperar la visión del ojo que le quedaba, y a las dos semanas tuvo a su hija Lucy, la cual no ha conocido nunca el maltrato ni la explotación, ni sabe lo que es sufrir porque la separen de su madre.
Ayer al trasladarlas al nuevo lugar lo hicieron juntas, porque en el Santuario respetamos los vínculos que hay tanto familiares como de amistad.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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