A Javi, como a cualquier ser vivo, le encanta que lo mimen. Disfruta mucho cuando se le rasca la barriguita y se tumba rápidamente para que se lo hagamos.
Es un bebé de un mes que con pocos días de vida iba a ser asesinado dándole un porrazo contra el suelo, por tener problemas para caminar. Ya está recuperado y está disfrutando de su vida en Santuario Gaia.