Hace dos semanas que Naim nació y, tanto él como su madre Eliana, están de maravilla
El bebé sigue creciendo sano y fuerte, inseparable de su madre. Ver a Eliana con su bebé es la viva imagen de la maternidad. Ella lo protege y lo cuida con todo el amor del mundo, como solo una madre lo haría, pero cada vez confía más en nosotros y seguramente ya sabe que su hijo aquí no corre peligro. Ya nos permite acercarnos mucho a ellos y, aunque sigue alerta, ha desaparecido el miedo de sus ojos.
Los nacimientos son uno de los acontecimientos más bonitos que podemos vivir en el Santuario. Siempre es maravilloso ver como llega otra vida al mundo, pero al mundo del Santuario, donde no serán explotados. El exterior es un mundo horrible que hemos construido los humanos para ellos
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