A nosotros Naim siempre nos ha recordado a una gacela, ¿no os parece?
Con esas orejitas y esos ojos almendrados, no puede ser más hermosa. A pesar de la desgracia de perder a su madre tan pequeña, está creciendo feliz y cuidada por todos nosotros. Pero lo que más la ha ayudado, ha sido la compañía del tierno Paolo. Desde el primer momento que se conocieron, se hicieron inseparables y ella lo ha adoptado como hermano mayor. Es muy bonito ver como Naim sigue y hace todo lo que hace Paolo, y ver como él tiene una paciencia y ternura infinita con ella
Tenemos mucho que aprender de las relaciones animales, algo que les sale por instinto y que muchos de nosotros, los humanos, lo hemos perdido.
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