La pequeña Natalia es una pata que no camina porque una mujer se la compró a sus hijos para que jugaran con ella. Se pasó sus primeros meses de vida sirviendo como un juguete, encerrada en una jaula sin poder moverse y con una mala alimentación. Todo esto le provocó atrofia en sus extremidades.
En el Santuario nosotros somos sus pies, y nos pasamos el día pendientes de ella, lo que hace que se haya creado un fuerte vínculo por ambas partes.
Estos días estamos muy tristes porque su estado de salud ha decaído. Todos los voluntarios lo primero que hacen al llegar al santuario, es preguntar por ella, todos la queremos mucho.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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