Llegó hace más de 7 años al Santuario, proveniente de Almería, donde estaba junto con 15 gallinas en unas condiciones ínfimas de salubridad, rodeados de basura, garrapatas y piojos.
Los que no conozcáis el carácter de los pavos, deciros que son animales muy cariñosos, sociables e inteligentes. Les encanta estar con las personas y no pierden ocasión para “pavonearse”. Y no es de extrañar, pues semejante belleza no puede pasar desapercibida. El color de su cara cambia dependiendo de su estado de ánimo, al igual que la longitud del “moco” (carúncula). Otra cosa muy curiosa que hacen es una especie de baile cuando quieren atraer a las hembras, una especie de baile flamenco zapateando con los pies
Por desgracia, los pavos también son una de las especies más explotadas por los humanos para consumir su carne, sobre todo en algunos países como Estados Unidos, donde son el alimento típico de muchas festividades. Son criados hacinados en naves, sin ver la luz del sol, engordados lo más rápidamente posible para que pesen mucho en muy poco tiempo y así obtener mayor rendimiento económico. Una vida de explotación y horror para acabar en el matadero.