Las dos iban a ser enviadas al matadero, y aunque llegaron con mucho miedo, cada día confían más y ya nos permiten acariciarlas. El estar en la zona de cuarentena les está sirviendo para observarnos como tratamos a los demás animales del Santuario, y están viendo con el cariño y el amor que los cuidamos.
Necesitamos que confíen plenamente en nosotros porque estamos tratando y haciendo pruebas a Olivia desde que llegó, porque tiene diarrea y tenemos que estar muy pendiente de ella, ya que en unos meses dará a luz. Un bebé que nacerá en libertad y crecerá con todo el respeto y amor del mundo.