Ayer mientras íbamos a por Felicia, nos llamaron por teléfono para avisarnos que se habían encontrado la noche anterior a un cordero en una montaña de Olot (Girona), que estaba recién nacido y solo, a punto de morir. Así que sin pensarlo, dijimos que íbamos a por él.
Olot seguramente nació mientras su madre estaba pastando con su rebaño, pero como los perros están enseñados a morder a las ovejas para que sigan adelante, no tuvo más remedio que dejar a su bebé que aún ni sabía andar.
Lo que sí es seguro es que iba a ir al matadero, porque es macho. Las ovejas y cabras están dando a luz éstos días, ya que han programado sus embarazos para poder enviar sus crías al matadero y que sus cuerpos sin vida sean los que decoren las mesas en Navidad.
Como no sabemos si le dio tiempo a tomar calostro de su madre, ya se lo hemos dado. Se le ha hecho una revisión veterinaria y le hemos inyectado un complejo vitamínico y otros protocolos que tenemos ya establecidos cuando llega un bebé recién nacido, para intentar sacarlo adelante.
Primer biberón de Olot.
29nov2018.- Olot se lo pasa genial cuando sale a jugar al jardín. Es un bebé y cualquier momento es bueno para dar saltos y correr de un lado para otro.
10dic2018.- Valentí y Olot son como hermanos. Les encanta tumbarse juntos para tomar el sol.
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