Ella vino junto con la pobre Olivia, que ya no está con nosotros. Siempre estaban juntas y cuando murió Olivia, sufrimos mucho por Freser, ya que la iba a echar mucho de menos.
Por suerte se ha adaptado muy bien con el resto de vacas y toros, y es una más de la familia. A veces nos sorprende la capacidad que tienen de adaptarse y de sobreponerse a las penalidades que han sufrido. Nos dan una lección muy importante que los humanos deberíamos aprender.