Hace casi dos años nos dieron el aviso de una corderita que tenía la pierna rota y la querían sacrificar, con apenas unos días de vida. Cuando fuimos a por ella, intercedimos para que también nos cedieran a su madre y así no separarlas. Al final nos pudimos llevar a las dos
Llevamos a Armonía al veterinario, donde se vio que tenían una fractura en la tibia izquierda. Después de un tiempo con vendaje, se curó perfectamente y pudo volver a caminar.
Ahora Armonía es igual o más grande que su madre y se ha convertido en una oveja hermosa. A pesar del tiempo que ha pasado, el vínculo que tienen sigue siendo igual de fuerte y no se separan. En estas fotografías las podemos ver a la hora de descansar y se nota el amor y cariño que se profesan. Los humanos no somos los únicos animales que mantienen lazos de amistad o familiares, los animales también lo hacen y perduran durante toda la vida
En la última fotografía podéis ver el día que llegaron, ¡como pasa el tiempo y como crecen los pequeños!
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