En Fundación Santuario Gaia sabemos muy bien que cuando damos cariño, recibimos cariño. Por eso, los habitantes del Santuario confían tanto en nosotros y no muestran ningún temor cuando nos ven. Meghan, es una jabalí que se quedó huérfana siendo un bebé porque los cazadores mataron a su madre. El vínculo que tiene con Lía es enorme y muy fuerte, para Meghan ella es como su madre. Confía plenamente en ella.
También vemos como se acercan Raúl y Guillem, dos cerdos que tuvieron la suerte de llegar al Santuario, de lo contrario hace ya muchos años que estarían muertos. A pesar de lo grande y fuertes que son, y lo mucho que imponen, son unos bonachones que solo buscan amor, como lo hace Meghan.
Si todos tratásemos a los animales con respeto y amor, nuestro mundo sería mucho mejor, dejando de ser el infierno que hemos creado para los animales.