Aunque nuestra niña Patri no camina, hemos conseguido que sea una cerda muy feliz. La rescatamos de una granja en la que nació, y donde su madre la aplastó sin querer porque estaba encerrada en una jaula sin ni siquiera poderse dar la vuelta, en las llamadas jaulas parideras. Era muy pequeña e intentamos hacer todo lo posible para que pudiera caminar, y tuvo sillas de ruedas de todos los tamaños, hasta que ya se hizo tan grande, que ya no se sentía cómoda en ellas y prefería arrastrarse.
Fue muy costoso preparar el lugar donde vive Patri, pero es un lugar especial para ella, donde el suelo está pulido para que pueda moverse con sus manos y que al arrastras sus piernas, no se haga daño. Un lugar con unas vistas preciosas a las montañas y a los prados, donde puede ver a los demás habitantes del Santuario, y que cada mañana y cada tarde cuando pasan cerca de ella, Patri se pone pegada a la valla para verlos y saludarlos.
Cuando ve a sus papis se pone muy contenta llamándolos, y es que se derrite de amor con ellos. Así que os dejamos este vídeo para que veais que carita pone nuestra niña mientras su papi Ismael le ayuda a refrescarla más..