Cuando llegó al Santuario tenía otro nombre, y como hacemos con todos los que llegan, para borrar su pasado y que sea el comienzo de una nueva vida, la bautizamos con otro nombre.
Tiene 15 años y aunque es joven, debido a que sus pulmones están fibrosados, respira con mucha dificultad y recibe un tratamiento diario que se le da cada mañana y cada noche. Estamos teniendo muchos gastos veterinarios con ella debido a las visitas para controlar bien su enfermedad, pero la satisfacción de verla feliz es lo más importante.
Hoy nos ha dado mucha alegría, porque a pesar de que lleva unas semanas bastante peor de su enfermedad, la hemos visto revolcarse en la tierra, frotando su espalda y relinchando muy contenta.
Ojalá pronto encontremos un nuevo sitio donde irnos y así poder acoger a más animales, ya que ahora nos es imposible.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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