Hace tan solo unos minutos les hemos dado a Pedro y a Olga el biberón de la noche como todos los días. Ellos son unos bebés aún y aunque ya comienzan a comer hierba, hay que darles el biberón por la mañana y por la noche. Ellos tienen sus horarios y como te retrases unos minutos, se impacientan y te persiguen para que les des su biberón, y hasta que no lo consiguen no nos dejan tranquilos.
En las granjas en vez de tomar la leche directamente de sus madres, les ponen leche artificial en un cubo, y desde el primer día tienen que aprender a beber de ellos. Cuando rescatamos a Pedro nos dijeron que siguiéramos dándole la leche en el cubo, pero nosotros nos negamos a hacerlo, ya que pensamos que dar el biberón es lo más parecido a mamar de su madre, y así podemos crear vínculo. En el Santuario les devolvemos lo que se les arrebató, una familia.
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