Desde que Priscila nació siempre hemos estado muy pendientes de ella, ya que era muy pequeña y su madre no tenía leche para amamantarla, así que hemos tenido que darle biberones desde el primer día. A pesar de eso, está creciendo sana y con un vínculo muy fuerte con nosotros.
Nos encanta ver como imita a las mayores y ya sabe qué hierbas y hojas puede comer