Ramón fue rescatado hace 4 años junto Guillem cuando los ganaderos dejaron encerrados a los animales dentro de las granjas en las inundaciones del Ebro a su paso por Zaragoza, y así podar cobrar las ayudas de los seguros.
Ellos dos consiguieron escapar, mientras miles de animales murieron ahogados. Eran unos niños de pocos meses, que iban a ser enviados al matadero junto a todos sus compañeros, pero esa desgracia al final fue su salvación.
Los dos son los cerdos más grandes que hay en el Santuario, impresiona mucho verlos, pero todo lo que tienen de grande lo tienen de buen corazón. Son muy cariñosos y les encanta que los abracen.
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