Él es uno de los supervivientes del accidente de camión que los llevaba al matadero, y gracias a ese accidente ahora está feliz viviendo en Santuario Gaia, donde por primera vez ha conocido lo que era la luz del sol, el aire limpio, la hierba, la tierra y darse baños de fango que tanto necesitan.
Los cerdos no sudan, y es por eso que necesitan bañarse en el fango para así combatir el calor y que el sol no les queme la piel.